Soy María José, tengo 16 años y soy la menor de tres hermanos, Daniela y Santiago. Ellos siempre han sido muy unidos, desde que tengo uso de razón me han dejado de lado y nunca les he importado. Sin embargo, hoy les voy a contar cómo los descubrí follando y terminé en un trío con mis hermanos.
Daniela y Santiago siempre están juntos en la escuela, en la casa o incluso cuando están de paseo. Mi hermana es la mayor de todos con 19 años, mi hermano tiene 18.
Cuando estaba pequeña a mí no me parecía nada extraño ese apego tan grande entre ambos; pero a medida que fui creciendo, mi mente dejó de lado la inocencia y empecé a notar cosas sospechosas. Por ejemplo, ambos siempre decían cosas en doble sentido, se acariciaban agarrándose sus partes en “forma de juego”, según yo, eso no era normal entre hermano.
Mis sospechas empezaron a crecer cuando me di cuenta de que mi hermana esperaba que yo me durmiera para escaparse a la habitación de Santiago y amanecía con él allí, volviendo a la habitación antes de que todos despertáramos. Fue entonces cuando me propuse espiarlos para descubrir qué hacían y lo último que pensé era que terminaría haciendo un trío con mis hermanos.
Terminé en un trío con mis hermanos por estar espiándolos
Una noche me hice la dormida y esperé a que mi hermana se escapara a la habitación de mi hermano. Ese día mis padres habían salido de viaje por tres días y me di cuenta de que mis hermanos intentaron dormirme con unas pastillas, pero fui astuta y no me las tomé. Supongo que querían follar con la tranquilidad de que nadie les interrumpiera.
Cuando Daniela salió a la habitación de Santiago, esperé unos 10 minutos para ir tras ella. A medida que me iba acercando podía escuchar cómo mi hermana gemía pidiendo a gritos que Santi metiera su polla más duro.
–Dale duro Santi, más duro hermanito, destrózame. Al escuchar eso me excité y mi vagina empezó a mojarse.
Habían dejado la puerta medio abierta y me detuve a espiarlos allí. Vi cómo mi hermana con las piernas arriba era embestida por la polla gruesa y grande de mi hermano. Luego vi cómo la puso en cuatro patas y le daba nalgadas mientras la embestía con su pene. Las nalgas blancas de mi hermana se veían deliciosas marcadas con las manos salvajes de Santi.
Empecé a tocar mi clítoris y a masturbarme, mirándolos. Yo ya había tenido sexo con algunos chicos, pero no había sido nada fenomenal como lo estaban haciendo mis hermanos. Imaginaba la polla de mi hermano en mi vagina y la lengua de mi hermana lamiendo mi coño, eso me hizo excitar demasiado y no pude evitar soltar un gemido.
Ellos se dieron cuenta de mi presencia, yo no supe cómo actuar y salí corriendo hasta mi habitación cubriéndome con la sábana de la cabeza hasta los pies.
Tener un trío con mis hermanos fue la mejor decisión
Todavía yo no pensaba en la idea de tener un trío con mis hermanos, fueron ellos quienes fueron hasta mi habitación y me lo propusieron.
Santiago tomó mi sábana destapándome la cara y de una manera muy cariñosa y tierna me dijo:
–No temas hermanita, sabemos qué también tienes tus necesidades, es normal que quieras satisfacerte con tus hermanos, por eso estamos aquí para ayudarte.
Ambos retiraron completamente la sábana y empezaron a quitarme la ropa. Daniela me abrió las piernas y uso su lengua para lamer mi coño y chupar mis labios vaginales. Mientras tanto, Santi le metía su polla aprovechando que ella estaba en una posición de perra caliente.
No había imaginado que mi hermana tuviera esa habilidad para chupar coños, era realmente excitante. Santiago sacó su polla deliciosa de su vagina y luego se subió encima de mi pecho, introduciéndola en mi boca. Todavía no lo podía creer, ¡estaba en un trío con mis hermanos! Lo mejor es que mientras Dani me chupaba bestialmente el coño, Santi me follaba por la boca, haciendo que me atragantara con su pene.
Dani también quería un poco de acción para ella. Por eso se levantó y mientras Santiago estaba sentado encima de mí, ella quedó parada frente a él poniendo su coño en su boca.
Esa polla estaba muy deliciosa, además los gritos de placer de Daniela me hacían excitar mucho más. Mi vagina me palpitaba y estaba produciendo chorros de lubricación.
Mi hermano me percuto el culo
Sentí cómo el semen de Santiago empezó a escurrir por mi garganta y me lo trague completo. También probé los fluidos de mi hermana, que caigan en mi boca, porque estaba parada sobre ella.
La acción todavía no había terminado, aunque ellos ya se habían corrido todavía faltaba yo, y por supuesto, mis hermanitos me dejarían satisfecha.
Daniela sacó un dildo gigante entre sus cosas, como era uno de esos que traen un arnés, lo puso en su cadera. Subió mis piernas y empezó a introducirlo en mi vagina.
-Gime fuerte como una puta, hermanita, eres mi pequeña putita.
-Uff, sí Dani soy tu puta, ahhhh, ahhhh, hermanita, soy tu putita.
Santiago estaba mientras tanto, sentado viendo la escena en el sofá y con su polla parada nos llamó hasta allí.
-Es hora de romperles el culo, hermanitas.
Dani se quitó el arnés para que yo me lo pusiera. Lo hice y fui a sentarme sobre la deliciosa polla de mi hermano, introduciéndola en mi culo. Daniela también hizo lo mismo, sentándose sobre el dildo que yo traía. Era un juego muy excitante, yo le percutaba el culo a Dani y él me lo percutaba a mí y debíamos mover las caderas todos al mismo ritmo.
Era tan delicioso que los tres tuvimos un orgasmo al mismo tiempo, soltando gritos de placer. Apenas eran las 2 de la mañana, así que todavía faltaba mucho tiempo para el amanecer. Santiago sugirió que durmiéramos un rato y después continuáramos con la diversión. Lo hicimos todos en la misma cama, quedando yo en el medio de los dos. Unas horas después, cuando dormía profundamente una embestida me despertó bruscamente: era la polla de mi hermano que había entrado de sorpresa en mi vagina. Daniela también se despertó y otra vez volvimos a la acción.