Desde hace algunos años, cuando todavía estaba en la preparatoria, me convertí en la puta de mi hermano.
Todavía recuerdo muy bien la primera vez que tuvimos sexo y se vino dentro de mí. Desde entonces, esperábamos a quedar solos en casa para que él viniera hasta mi cuarto y ambos nos diéramos placer.
Ambos éramos vírgenes la primera vez que follamos y solemos hacerlo con frecuencia porque nuestros padres trabajan todo el día. Sin embargo, ayer, fue especial. Tuvimos nuestra primera noche juntos. Papá y mamá tuvieron que salir de viaje por una situación de trabajo. Como ya estábamos un poco grandes, nos pudieron que nos quedáramos en casa y que ante cualquier eventualidad llamáramos a mi tía que vive una cuadra después en el vecindario.
Prometimos que todo estaría bien y que no saldríamos de casa. De hecho, estábamos pensando realmente en cumplir esta promesa. Nuestra diversión, estaba dentro de casa, no fuera de ella.
Ese día me propuse a arreglarme para darle una noche inolvidable, estoy orgullosa de ser la puta de mi hermano.
Me vestí con una lencería íntima de color rojo que compré la última vez que visité la tienda. Unté mi cuerpo con una crema perfumada que además, le aportó pequeños destellos de luz a mi piel. También usé perfume y me maquillé un poco. Quería ser más atractiva para mi hermano.
Me convertí en la puta de mi hermano desde niña
Cuando cayó la noche mi hermano entró a mi habitación. Solo llevaba puesto sus bóxer y su paquete podía verse claramente cuando se acercaba a mí. Yo lo esperaba recostada sobre la cama, en una posición estratégica para que mi figura luciera mejor, él lo notó y quedó deslumbrado al observar mi cuerpo semidesnudo.
Cada vez más hermosa Kara, que rápido has crecido hermanita. Me dijo mientras se sentaba a mi lado en la cama.
Tengo una pequeña vagina que quiere ser llenada con tu leche. Le dije en un tono inocente Está bien, pero antes charlemos. Me dijo sonriente.
Le pregunté si quería acostarse y él dijo que sí. Así que, puse mi rostro sobre su pecho y alcé la mirada para besar sus labios. Algo quería decirme, pero lo silencié con mis besos
Su pequeño pene se estaba poniendo duro y me deslicé hasta su pecho, luego hasta su barriga, dando besos por aquí y por allá. Me estaba comportando como en la verdadera puta de mi hermano.
¿Quieres que lo ponga dentro de mi boca y lo succione? Le dije mientras amasaba su pene hacia arriba y hacia abajo con mi mano.
¿Quieres hacerlo? Me respondió con un tono de picardía.
Le retiré la ropa interior y le sonreí antes de meter su pene dentro de mi garganta, haciendo que su glande chocara con mi úvula.
Me comporto como la verdadera puta de mi hermano
Era la primera vez que estaba haciéndole un oral a mi hermano. Siempre nos habíamos limitado a penetrar con su pene en mi vagina y lo hacíamos rápidamente para que nuestros padres no nos descubrieran.
Solamente me dejé llevar por el momento, imaginé que era una paleta de helados y la introduje profundamente en mi boca. Succioné fuerte en su orificio y traté de sacarle su leche por su glande.
Al parecer mi hermano lo estaba disfrutando mucho, porque gemía mucho y tomó mi cabeza con sus manos para que su pene alcanzara una mayor profundidad.
Después de unos minutos no pudo soportarlo. Sin darme tiempo siquiera para tomar un poco de aire tuvo un orgasmo y vertió su leche dentro de mí. No tuve más opción que tragármela.
Desde que soy la puta de mi hermano, él queda siempre con ganas de más, pero nunca podíamos continuar por miedo. Esta noche, no había problemas con eso, podíamos tirarnos varios polvos sin preocupaciones.
Podemos hacerlo de una manera diferente. Me dijo tendido sobre la cama, después de haber recuperado el aliento ¿Recuerdas esa vez en que vimos cómo nuestro perro montaba a la perra de la vecina?
Acordamos en hacerlo como perritos. Yo me puse en cuatro patas y él se montó sobre mi trasero, tomándome por el cabello. Mi vagina había lubricado mucho durante el oral, así que todo en medio de mis piernas estaba mojado, incluso en medio de mis nalgas.
Mi hermano me introdujo su pene y no pude evitar soltar un profundo grito de dolor. No sabía qué había pasado, pero me dolía mucho.
La puta de mi hermano follada por detrás
Toqué con mis dedos en mi trasero y nos dimos cuenta de que me había percutado por el culo, la mitad de su pene estaba dentro de mi agujero.
Al principio le dije que lo sacara, pero mi hermano respondió que podíamos tener sexo por el trasero. Además, dijo que el dolor solo sería al inicio y que después de que mi agujero se dilatará, dejaría de doler.
Mi hermano me agarró por las caderas y lentamente empezó a deslizar su pene por mi culo. Yo respiraba profundamente esperando que pronto dejara de doler. Él había introducido todo su pene, pero lo sacó y volvió a meterlo hasta el fondo. El dolor ya estaba desapareciendo y se sentía muy placentero.
Más rápido, dame más duro. Le dije en medio de gemidos.
Mi hermanito aceleró sus embestidas. Mientras tanto, yo me masajeaba el clítoris con mis dedos para darme más placer. Después de unos minutos él comenzó a ir muy rápido y jadeaba, supe que se aproximaba su orgasmo.
Sentí como sus chorros de semen se dispararon dentro de mí ¡Soy la puta de mi hermano y se estaba corriendo dentro de mí!
Escuchar sus gemidos me excitó mucho e hizo que mi orgasmo se acercara, hasta estallar de una manera muy potente.
Mis jugos se deslizaron por mis piernas y después nos tumbamos juntos en la cama. Nos abrazamos, quedándonos dormidos juntos. A mitad de la noche, estábamos acurrucados en forma de cucharita y me despertó su gruesa y dura polla que se había puesto dura de nuevo ¡Comenzamos la acción nuevamente!