Mi nombre es Adriana, tengo 35 años y trabajo para una compañía de seguros desde hace unos meses, siempre me ha encantado ese trabajo. Todo el mundo me suele decir que soy una mujer muy apuesta, de buena figura, hermosa y llamo la atención de todos cuando estoy caminando por la calle. Desde que empecé en la compañía todo el mundo me ha respetado, mis compañeros me adoran y soy la esclava sexual de mi jefe, me encanta cuando me coge muy rico en su oficina.
Mi jefe es un hombre muy apuesto, siempre me trata con respeto, desde que empecé me ha asignado buenos proyectos y me paga bastante bien. Siempre me reconocían todas las cosas buenas que hacía en la compañía y de verdad me sentía muy cómoda con mi puesto laboral, era bastante honrado y para mí era muy fácil de hacer. Mi jefe siempre estaba en contacto conmigo, le gustaba que estuviera cerca de él, lo ayuda a hacer todo lo que necesitaba y siempre me recompensaba por todo.
Mi vida era bastante simple, me la pasaba en mi casa por la noche y todo el día estaba en mi trabajo, me encantaba trabajar y tenía buenas amistades allí. Yo vivo sola en un departamento y no tengo ni esposo ni pareja, me la paso muy aburrida en la casa, siempre he sido muy pervertida y me encanta ser una perra cachonda. Tampoco conozco personas en mi vecindario, ya que, siempre estaba en el trabajo y no tenia tiempo para conocer personas, pero me gustaba mucho mi vida.
Un día mi jefe me hizo una propuesta muy interesante
Recuerdo que en una ocasión mi jefe me llamó cuando estaba en mi casa para decirme si me interesaba un proyecto que le habían asignado, pero necesitaba mi ayuda porque era mucho trabajo. Yo accedí porque me encanta trabajar y pasar tiempo con mi hermoso jefe, me llamaba mucho la atención y me encantaba pasar mucho tiempo con él. Entonces me fue explicando en que consistía y me dijo que teníamos que pasar mucho tiempo juntos a partir de ese momento.
Yo estaba muy maravillada con la excelente noticia, ya que, no es algo que le ofrecen a cualquiera en la compañía e iba a durar mucho tiempo con ese hombre hermoso. Entonces al día siguiente lo fui a ver a su oficina y empezamos a conversar, me dijo todo lo que tendría que hacer y que desde ese momento me la iba a pasar con él. Le dije que mi nivel de compromiso era alto y que no tendría ningún problema en estar mucho tiempo con él, más bien me encantaba la idea. Gracia a eso me convertí en la esclava sexual de mi jefe.
Ese día quedamos par air a comer en algún sitio para celebrar nuestra alianza y a ver que sucedía después, quería que me azotara con su pene. Yo salí del trabajo y lo primero que hice al llegar a la casa fue bañarme y arreglarme lo más linda posible y elegí un atuendo muy hermoso. Ya estaba todo arreglado para pasar una excelente noche con mi jefe hermoso, tuve que esperar unas horas para ir al lugar que pautamos y luego tomé un taxi y llegué al lugar.
Mi jefe y yo quedamos para cenar y allí fue cuando me convertí en su esclava sexual
Cuando llego me encuentro a mi jefe sentado en una mesa vestido con un atuendo muy hermoso y se veía fornido y demasiado apuesto. Lo primero que hice fue agarrarlo por atrás y darle un beso en el cuello, su cara fue de sorpresa y se puso un poco rojo, me causó bastante gracia. Luego lo saludé y pedimos algo de comer, mientras esperábamos la comida nos pusimos a conversar acerca de nosotros y como habíamos pasado la tarde. Nunca pensé que fuera a ser la esclava sexual de mi jefe.
Ambos estábamos muy entretenidos con la conversación, cuando llegó la comida empezamos a comer mientras pedíamos algo para beber. Esa noche me di cuenta que mi jefe era bastante divertido y más sensual de lo que me imaginaba, estaba segura de lo que quería hacerle esa noche. Luego de comer le dije que si quería ir a mi casa para seguir disfrutando la noche y él accedió sin problema alguno.
Mientras íbamos camino a casa, noté que mi jefe estaba un poco mareado por la bebida y empecé a darle besitos en el cuello para excitarlo y que me cogiera duro. En un momento mientras estábamos en el carro empezó a besarme mientras me decía lo hermosa que era y las ganas que me tenía. Todo lo que me decía ese papi me excitaba muchísimo, luego llegamos a mi casa y abrí la puerta y me puse en cuatro patas en la sala para que mi jefe me diera duro.
Me fascina que desde ahora soy la esclava sexual de mi jefe y vamos a coger todo el tiempo
Mi jefe se sacó su gigantesco pene y me empezó a quitar toda la ropa hasta dejarnos completamente desnudos para coger como bestias salvajes. Luego empezó a frotarme su pene por mi culito y se sentía muy rico, era la esclava sexual de mi jefe y estaba muy entusiasmada por pasar mucho tiempo junto a él. me fue metiendo su gigantesco pene por mi ano poquito a poquito mientras me dilataba y me echaba saliva por mi culo, yo gritaba y gemía del dolor.
Luego me empezó a meter sus dedos por mi panochita y estaba muy mojada mientras tenia su pene por mi culo y sus manos en mi vagina, sentía mucho placer con ese hombre. Me empezaba a bombear fuertemente y estaba sintiéndome más mojadita que nunca, mi culo estaba muy abierto y mi jefe me metía nalgadas mientras me insultaba. Me encantaba gemirle muy fuerte porque esto causaba que su pene palpitara mucho más y sus movimientos eran mucho más rápidos, como amaba sentir un pene por mi culo.
Luego de una hora de puro sexo por el culo, mi jefe empezó a gritarme cosas muy sucias mientras me apretaba los pezones y en unos minutos me botó chorros de leche por mi culito. Todo se sentía muy chicloso y me fascinaba porque desde ese día era la esclava sexual de mi jefe y nos quedaban muchas historias por vivir juntos.