Nunca voy a olvidar las veces en las que me quedaba en casa de mis mejores amigas y disfrutábamos hasta el amanecer. Siempre somos muy unidas, no las pasamos disfrutando de las mejores aventuras y nadie nos molesta, adoro pasar mucho tiempo con ellas porque me hacen sentir especial. Una vez nos pusimos muy cachondas, ellas me manosearon hasta correrme, lo que todas sentimos esa noche fue una locura sexual, no puedo expresar todo lo sentí en esa playa.
Yo tengo pocas amigas, realmente me la paso solo con 2 amigas, ellas son lo máximo, sus nombres son Luisa y Samira. Mi nombre es Rafaela, tengo 18 años y soy una chica que le encanta estar tranquila y relajada todo el tiempo, siempre ando cachonda y me gusta andar haciendo locuras todo el tiempo. Mis amigas también tienen mi edad, nos conocimos en el colegio y me encanta pasar tiempos con ellas porque son igual de alocadas que yo.
Normalmente siempre andamos hablando de cosas sexuales y de fantasías locas, somos unas chicas mente abiertas que estamos dispuesta a hacer muchas cosas. Siempre no las pasábamos por toda la ciudad caminando y haciendo locuras sin sentido, constantemente estamos en aventuras en búsqueda de penes grandes e inmensos. Todas somos unas malditas perras, nos encanta que nos azoten y llevar pene hasta por la garganta, sin embargo, eso no quiere decir que seamos unas cualquiera, nonono, solamente nos follamos a los hombres que nos gusten.
Fuimos a la playa para volver a disfrutar como en los viejos tiempos
Últimamente no había visto a mis amigas porque todas estábamos trabajando y no coincidíamos para vernos en nuestro tiempo libre y disfrutar todas juntas. Entonces, ya yo estaba harta de no poder ver a mis amigas, tenía más de 3 meses sin verlas, así que decidí planear una salida. Entonces, agarré el teléfono y les marque a todas las perras, les dije que planificáramos el fin de semana para ir a la playa y quedarnos en casa de Luisa que es donde se prende el queso.
Ellas me dijeron que le parecía una idea excelente, entonces todas planificamos nuestro trabajo para que nos quedara el fin de semana libre para poder disfrutar como las perras que somos. Entonces yo estaba muy entusiasmada quería ver a mis perras, tenia mucho tiempo que no salíamos juntas a dar nuestras putivueltas por toda la ciudad en busca de penes gigantescos y venosos. Llegó el fin de semana y yo estaba lista para ir a la playa y empezar a disfrutar de todas las locuras que iba a hacer junto a mis amigas.
Quien diría que ese día me manosearon hasta correrme completita, yo me convertí en la puta de todas, me fascinaba que me tocaran todo el tiempo. Bueno, yo llegué a la playa ese día, ya me habían dicho donde sería el punto de encuentro, así que llegué directamente hasta donde estaban mis amigas zorras. Llegamos y todo estaba muy bien, estábamos muy emocionadas por volver a vernos las caras, estábamos dispuestas a pasar uno de los mejores días de nuestras vidas y divertirnos como locas.
Mis amigas me manosearon hasta correrme mientras nos estábamos bañando en la playa
Empezamos a sacar las cosas y preparar el lugar para sentarnos a conversar en la arena, ya nos habíamos quitado la ropa y nos pusimos el traje de baño. Todas estábamos preciosas y con unos culos divinos, no es por presumir, pero, nuestros cuerpos son bastante hermosos y divinos, los hombres de la playa se la pasaban mirando. Estábamos un poco aburridas mientras comíamos y hablábamos acerca de lo que habíamos hecho en todo el tiempo que no nos vimos.
Duramos un rato hablando y luego decidimos que ya era hora para meternos en el agua y darnos nuestro chapuzón, ¡que rico es sentir el agua de la playa!, todas nos mojamos en esas olas y andábamos divirtiéndonos todas juntas, mis amigas empezaron a mojarse en la playa, estaban jugando bajo del agua y cuando menos me lo espero empezaron a tocarme la vagina, yo quedé un poco impactada, pero estaba muy cachonda. En el agua me manosearon hasta correrme.
Luisa me agarró por detrás, estaba metiendo sus dedos por mi tanga y me manoseaba el clítoris con una delicadeza y una pasión que nadie nunca antes había tenido conmigo. Samira me tenia por el frente, me empezó a besar suavemente y fuimos aumentando de nivel poco a poco, todo estaba muy sensual.
Mi vagina estaba empezando a botar líquidos, estaba llena de placer, le metí la mano a Samira por la chocha mientras nos besábamos y ella me apretaba las tetas, que rico tener a dos putas dándome placer. En la playa no estaba casi nadie, todos estaban en la orilla o en la arena, pero nadie cerca de nosotras, era perfecto para seguir manoseándonos donde quisiéramos.
¡Que rico, me manosearon hasta correrme y yo quedé fascinada por todas las habilidades de mis amigas!
Adoraba sentir las manos de mis amigas en todo mi cuerpo, sentía como una puta costosa, estaban excitándome en la playita mientras sentía el choque de las olas. Luego cambiamos de lugar, Samira se colocó detrás de mí y Luisa se puso en frente mío y empezó a besarme mientras me metía la mano en mi totona, le fascinaba masturbarme.
Sin embargo, Samira empezó a meterme su dedo por mi culo, mi ano estaba lleno de agua de playa y se estaba dilatando mientras esa zorra estaba metiendo sus deditos. Se metió agua por allí dentro, pero el dolor no me importaba porque me manosearon hasta correrme y yo quedé satisfecha. Luisa sabia perfectamente lo que tenía que hacer para hacerme venir, me fascinaba que me dieran todos sus dedos por mis orificios.
Yo no podía aguantar más, estaba a punto de llagar al orgasmo, mi vagina estaba muy palpitante y no podía creer lo que estaba pasando. MI otra amiga estaba empezando a meter más dedos por mi culo y eso hizo que estallara de placer, me corrí todita, mi chocha estaba botando fluidos vaginales mientras mis amigas estaban gozando. Me manosearon hasta correrme en sobre las olas y nunca olvidaré ese maravilloso día junto a mis mejores amigas.