Aunque tengo solo 22 años, te sorprendería saber todas las experiencias sexuales que he tenido en mi vida. La verdad, desde niña he sido muy coño caliente y empecé a disfrutar del placer que nos dan los penes desde hace años. Tengo muchas historias para contar, pero en esta ocasión te contaré cómo tuve sexo con mi hermano y me convertí en su novia.
Todo esto es culpa del verga caliente de mi padre (creo que por sus genes es que soy así), pues pese a que solo me tuvo a mí y a mi hermana con mi madre, el muy canijo tiene más de 10 hijos con otras mujeres.
Yo sabía que existían dichos hijos, sin embargo, nunca los había visto, porque supuestamente vivían en ciudades diferentes a la mía; así que en realidad, para mí era como si no fueran mis hermanos.
Recuerdo que cuando faltaba un año para ser mayor de edad, un muchacho se puso en contacto conmigo por redes sociales y lo que me llamó la atención es que tenía el mismo apellido que yo.
Respondí sus mensajes y empezamos a hablar. Mi curiosidad me empujó a preguntarle sus raíces familiares, pues con tantos supuestos hermanos que tenía por el mundo, él podría ser uno de ellos. Efectivamente, comprobamos que éramos hijos del mismo padre y obviamente planeamos conocernos. Él estaba enlistado en el servicio militar, por lo que solo podía venir a verme cuando estuviera en sus días de permiso.
Yo vivía con mi madre y mi hermana. Mi padre, como buen pica flor, dejó sus semillitas en mi madre y tras un par de años, buscó otra mujer. Tampoco tenía buena comunicación con él.
¿Cómo no iba a tener sexo con mi hermanos si es tan sexy?
Debido a que mi ciudad le quedaba de camino a casa, mi hermano Jhon, decidió venir cuando saliera del cuartel militar en sus días de permiso. Yo estaba muy emocionada por ese encuentro y no pude dormir tranquila hasta que llegó el día.
Cuando por fin nos encontramos por primera vez, no pude evitar sentir atracción por él. No era para menos, realmente es muy atractivo: tez blanca, pelo rubio y muy musculoso. Él me abrazó con fuerza y con su voz muy masculina me dijo ¡Hermanita!
Todo el día estuvimos hablando sobre nuestras vidas. Mi mamá estaba en el trabajo y mi hermanita en la escuela, así que no había nadie más en casa que nos interrumpiera.
El tiempo pasó volando y rápidamente se hizo de noche, sin darnos cuenta perdió su autobús y le ofrecí quedarse a dormir en mi casa. Mi mamá no se opuso y preparó el sillón de la sala para que durmiera allí porque no había más habitaciones en la casa.
Todos en casa se fueron a dormir, pero Jhon seguía en la sala viendo tele, así que me fui allí para platicar con él. Miramos televisión juntos un rato, hasta que apareció una escena bien caliente de dos actores en pantalla.
Jhon me miró de reojo por todo el cuerpo, admirando lo sexy que me veía con pijama. Yo me di cuenta y me sonrojé, así que él me dijo.
– Veo que no estás acostumbrada a que te miren hermanita, pero es inevitable realmente eres muy hermosa, debes tener novio.
– No, los únicos “novios” que he tenido son el par de dedos que introduzco en mi vagina cada noche – Le dije en tono burlón.
Él se incomodó por mi particular forma de humor, pero no dijo nada. Seguimos viendo televisión y nos acomodamos los dos en el sillón. Allí me quedé dormida, con Jhon abrazado a mi cintura a mis espaldas.
Tuve sexo con mi hermano en el sillón mientras mi mamá dormía
A media noche, solo nos alumbraba la luz de la tele. Él se había dormido y seguíamos en la misma posición. Sin embargo, yo me desperté porque algo muy duro apuñalaba mis nalgas.
Era su polla y sin darme cuenta mi coño estuvo muy húmedo en cuestión de segundos.
Con cuidado de no despertarlo tomé su mano y la llevé por dentro de mis bragas para masajear sigilosamente mi clítoris. Con mis dedos hice presión suave sobre los suyos y comencé a masturbarme con su mano. Su sueño era muy pesado porque no respondía a nada.
Suavemente, bajé mi pijama y abrí las nalgas para que su delicioso pito entrara allí. Moví mis caderas con cuidado, pero estaba tan excitada que no pude evitar aumentar la velocidad, quería toda esa verga e incluso sus bolas dentro de mí.
Tenía tantas ganas que no pude evitar correrme en un par de mi minutos y cuando lo hice solté un gemido, que lo hizo despertarse.
Al parecer él no se había dado cuenta de nada, porque cuando vió su polla parada entre mis nalgas, muy avergonzado la retiró. Yo me hice la dormida para no hacerlo sentir incómodo.
Cuando tuve sexo con mi hermano él me destrozó el culo
Jhon vio mis nalgas descubiertas e intentó subir la pijama, pues creía que estaba dormida. De repente cuando lo estaba haciendo se detuvo a tocarlas suavemente con ambas manos. Yo me quedé quieta, no quería interrumpirlo, además quería más, quería que me diera por el culo.
Con suavidad, procurando que “no me despertara”, terminó de bajar mi pijama para exponer mi coño e introdujo una mano buscándolo entre mis piernas.
Por supuesto, se dio cuenta de que estaba muy mojada, pero no dijo nada. Mojó su pene con mis fluidos y abrió mis nalgas para dilatar mi culo. Empezó empujando suavemente, pidiéndole que se abriera, luego cuando lo sintió flojo y cooperando embistió salvajemente.
Fue una sensación de dolor y placer, pero me encantó. Paré las nalgas para que pudiera entrar toda la verga, mientras tanto Jhon con una mano masajeaba mis tetas y con la otra mi clítoris.
Después, mientras su polla destrozaba mi culo, empezó a introducir sus dedos en mi vagina. Yo seguía haciéndome la dormida, ya que no sabía cómo actuar. Él vio el control de la tele a un lado y lo cogió para empezar a meterlo en mi vagina al ritmo que su polla en mi culo.
Tuve un orgasmo, luego otro, luego otro, pero él todavía no paraba. Inconscientemente, mis manos empezaron a masajear sus bolas y eso le encantó. Luego, bajé un poco más e introduje la punta de mi dedo en su culo y eso lo volvió loco. Este hombre se convirtió en una bestia, eyaculando ríos de semen.
Mi hermano me cogió estando dormida y me encantó
Después de toda la acción Jhon se levantó al baño, se limpió y volvió al sillón como si no hubiera pasado nada. Yo aproveché para hacer lo mismo en el baño de mi habitación sin que se diera cuenta.
No podía creer lo que había pasado, no solo había tenido sexo con mi hermano, sino que era el mejor sexo de mi vida.
Volví al sillón y luego llegó. No hablamos y seguí fingiendo dormir. Mi hermano se acostó a mi lado nuevamente y no pude evitar dar la vuelta para besar sus labios. Esa era la única parte que no había tocado y quería probarlos.
Fue un beso tierno y suave después de todo el sexo salvaje y él lo correspondió. Nos abrazamos y seguimos durmiendo, hasta que de madrugada me pasé a mi habitación. En la mañana él se fue y nunca hablamos de lo que paso. Sin embargo, cada vez que viene a visitarme el sillón presencia fogosas escenas pornográficas.