Desde que era pequeña me encanta ir a excursiones en lugares desconocidos, adoro la naturaleza y salir a disfrutar con amigos. Por eso, siempre que mis amigos y yo teníamos un tiempo libre lo tomábamos para ir a acampar y pasa tiempo en lugares desconocidos. Mis amigos son personas maravillosas, los adoro mucho y no se que seria mi vida sin ellos, aquel día terminamos cogiendo en la montaña y ese fue el inicio de muchas aventuras que estaban por venir.
Mi nombre es Alba, tengo 17 años y desde que era muy pequeña salía a jugar con mis vecinitos y nos encantaba descubrir lugares nuevos. En el grupo somos 4 personas, Carlos, Sebastián, Daniela y yo, tal vez somos poquitos, pero, somos suficientes para gozar al máximo y llegar a tener momentos únicos. Fue muy fue muy impactante aquella vez, estábamos muy alegres disfrutando de la hermosura de la naturaleza y luego se nos ocurrieron nuevas cosas para aumentar todo ese placer al aire libre.
En donde vivimos es un pueblito muy pequeño, no hay muchos lugares divertidos para disfrutar, es un lugar bastante tranquilo y no hay mucha civilización. Sin embargo, la zona por donde yo vivió es muy rural, eso quiere decir que hay muchos lugares repletos de montes que no han explorado y puede ser muy interesante. Por lo menos yo lo veo de esa manera, así ayudamos a matar el aburrimiento y quien sabe si pudiera pasar algo extraordinario en esa selva donde no hay ni un alma. Algo así como que todos termináramos cogiendo en la montaña.
Desde chiquita era una pequeña indiana Johns, soy una niña aventurera
Por esa razón es que nos encanta salir de excursión y explorar todo lo que podamos, me fascina poder pasar ratos con mis amigos porque los quiero mucho. Recuerdo que esto sucedió en una de mis vacaciones de verano, teníamos varios meses para disfrutar sin hacer absolutamente nada y aprovechamos para salir a conocer casi todos los días. Íbamos a ir a una montaña que quedaba un poco lejos y nunca habíamos ido porque pensábamos que nos podíamos perder en cualquier momento.
Sin embargo, como ya habíamos ido a varios lugares y no quedaban muchos decidí que debía a convencer al grupo para que fuéramos hasta allá para ver que había. Al principio estaban dudosos, pero luego aceptaron mi propuesta porque no teníamos más nada que hacer. Empezamos con nuestra expedición desde temprano, nos llevamos algunas provisiones para no morir en el camino y empezamos a caminar por todo eso. quien diría que ese día estaríamos cogiendo en la montaña.
Empezamos a subir esa montaña todos juntos mientras bromeábamos en el camino, estábamos muy emocionados por llegar a la cima y poder descansar mientras disfrutábamos de la asombrosa vista. Estábamos un poco cansados porque teníamos como 20 minutos escalando esa montaña sin descanso, estábamos muy ansiosos por llegar a nuestro destino y poder acostarnos a reposar. Duramos como 50 minutos subiendo esa gigantesca montaña y por fin logramos llegar, nos encontramos con una vista muy amplia y hermosa, fue un momento muy hermoso con mis amigos.
Aquel día terminamos cogiendo en la montaña y fue una experiencia celestial
Estábamos un poco cansados y todos nos acostamos en el piso y los muchachos se quitaron sus camisetas, sus cuerpos estaban sudados y se veían excitantes. Daniela y yo nos miramos al mismo tiempo mientras nos mordíamos los labios pensando en lo divinos que son nuestros amigos, me fascinaba lo cochinas que somos. Entonces ella y yo decidimos quitarnos nuestra camisita porque teníamos mucho calor, además, estábamos en la naturaleza y nadie nos iba a ver, a excepción de los muchachos.
En ese momento en que todos estábamos admirando la belleza de la montaña y estábamos muy felices, empezamos a ponernos un poco salvajes, los muchachos estaban excitados al ver nuestros cuerpos sin camisa. Teníamos mas de 2 horas en ese lugar y ya estábamos primitivos, Carlos se acerco a mí mientras se quitaba el pantalón lentamente y me comenzaba a besar como si fuera su vaquerita de monte.
Cuando volteo al lado mío estaba Daniela cogiendo con Sebastián, se veía que estaban gozando muchísimo, que rico estar al desnudo en una montaña. Yo me quité la ropa y quedé desnudita para Carlos empezaba a darme azotes con su pene y me estaba rompiendo la totona. Él era mi papi rico esa tarde, quería que me hiciera suya mientras cogíamos rico, estaba con la vagina mojada y con un pene dentro de ella mientras tenia la mejor vista de todo el mundo.
Cogiendo en la montaña con mis amigos sentí el nirvana, ¡Me fascina que me cojan al aire libre!
No podía pedir más, el me metía dos dedos por el culo y me estaba bombeando la agina fuertemente y sonaba como si me estuviesen dando chancletazos por el culo. Me fascinaba gemirle en el oído mientras estábamos tirados cogiendo en el piso y el empezaba a coger más rápido y se excitaba por completo. Mis otros dos amigos estaban haciendo un 69 y andaban como locos emanando una energía sexual que emitía ondas de placer.
Yo le decía a mi papi que me cabalgara duro para que me echara de su rica lechita dentro de mí, no me importaba nada, estábamos cogiendo en la montaña todos juntos y no había más nada de qué preocuparse. El empezó a moverse mucho más rápido, me decía que era su pequeña putita salvaje y me empezaba a dar mordiscos en todas partes. Mi vagina estaba chorreando liquido y mi culo ya estaba todo abierto con sus dedos dándome placer anal.
Yo le movía el culo y me empezaba a mover muy rápido y mi papito rico se vino completito dentro de mí totona. Esa sensación de que te enchumben la vagina con semen es demasiado placentera, caliente, palpitante y muy exquisita. Aun era temprano y lo que hicimos fue acostarnos en el piso a contemplar toda esa belleza hasta quedarnos dormidos. Desde ese día el grupo no fue el mismo, nos encantaba coger duro mientras hacíamos excursiones. Cogiendo en la montaña aprendí el verdadero significado de la vida.