Mi nombre es Valeria, tengo 32 años y en esta historia voy a hablar acerca de la ve que tuve una aventura muy excitante con mi amante y terminamos haciendo cosas indebidas en un lugar muy extraño. Estoy con el mismo hombre desde hace 10 años, me casé cuando estaba adolescente y seguramente no sabía lo que estaba haciendo, al principio me gustaba bastante, sin embargo, con el tiempo fui perdiendo el interés y la llama se fue apagando. Por eso, conseguí a otro hombre que cogiera rico y mi vagina quedó partida después de su cogida.
La verdad yo siempre he sido una buena persona, normalmente he sido muy comprensiva con mi esposo desde que estamos juntos, pero llevo mucho rato tolerándolo y ya me he estado obstinando. Yo soy deesa clase de chicas tiernas que le fascina que la traten con mucho amor y cariño, pero que al mismo tiempo me metan el güevo por la garganta cada noche, soy una mezcla de ternura y mucha excitación.
Por otra parte, mi esposo, llamado Eric, es un señor de 40 años que es demasiado pedante, no es para nada cariñoso y siempre me trata d una manera despectiva, sobre todo cuando está con sus amigos. Siempre le digo lo mucho que eso me molesta, pero de igual forma él lo sigue haciendo y no le importa mucho lo que yo opine. Al principio de la relación por lo menos las cosas eran un poco diferentes, se veía mucho más interesado por mí y me daba las mejores cogidas de mi puta vida, amaba las penetraciones de ese hombre.
Mi marido nunca estuvo pendiente de mí y yo comenzaba a sentirme sola, necesitaba un hombre que me cogiera por las noches
Yo siempre trabajaba de lunes a viernes, me gustaba mucho pasar tiempo en mi trabajo y al mismo tiempo me distraigo, no me gusta pasar mucho tiempo en la casa sin hacer nada. Eric normalmente se la pasa trabajando todos los días, casi todo el tiempo se la pasa en la calle y nunca tiene tiempo para mí. Extrañaba todas las veces que estábamos juntos en la cama, la primera vez que me cogió mi vagina quedó partida de tanta intensidad de sus embestidas.
Cuando mi esposo y yo lográbamos coincidir en la casa siempre estaba agotado, se acostaba a dormir o se iba de la casa, las pocas veces que hablaba conmigo andaba molesto o se notaba aburrido. A veces llegaba y yo tenia la esperanza de que las cosas mejoraran y llegara de buen humor y por lo menos se diera cuenta de lo descuidada que tenia a su esposa, eso nunca ocurrió. Por eso, yo me resigné y comencé a acostumbrarme a eso, puesto que, no quería seguir decepcionándome ni sintiéndome mal por algo que no vale la pena.
Duramos así mucho tiempo, sin embargo, yo comencé a tomarme más tiempo para mí y dejar de pensar en ese hombre tan idiota y estúpido. En mi trabajo había un joven que siempre me invitaba a salir y se veía bastante interesado en mí, era demasiado apuesto y se veía como todo un caballero. Comencé a para más tiempo con él, descubrí que era muy interesante y romántico, adoraba la manera en cómo me trataba, era uno de los hombres más encantadores con los que he coqueteado.
Conocí a un hombre nuevo, mi vagina me quedó partida después de la cogida que me echó
Fue tanta la insistencia del muchacho para tener algo conmigo u me invitó para uno de los mejores restaurantes de la zona, nunca antes me había invitado allí y se decía que el servicio que tienen es uno de los mejores. Obviamente acepté a salir con él y ya había decidido que tendría sexo con ese hombre al finalizar esa romántica velada. Tenia mucho tiempo sin saber que era tener un pene por mi culo y necesitaba coger con muchas ansias. Esa noche mi vagina quedó partida.
Como cosa rara mi esposo estaba fuera de la casa ese día y no iba a volver en un largo rato, llegué para la casa y me vestí muy emocionada, debía estar lo más elegante posible. Me bañé u me coloqué el vestido más hermoso de todos para llevar tablas después de mi romántica velada con el joven de mi trabajo. Llegué para el lugar y estaba él esperándome en una mesa que había reservado, se veía demasiado divino y ya me provocaba devorármelo completito. Tuvimos una breve conversación y luego empezamos a comer.
Fue una de las mejores noches de mi vida, había quedado con el estomago satisfecho y luego nos fuimos de ese lugar a la casa de Alberto, ese es su nombre. Llegamos a su casa, me puse muy cariñosa con él por todo el caminó y ya lo tenia seducido, tenia muchas ansias por cogerme y yo lo notaba, yo deseaba que me cogiera por el culo. Entramos a su casa, nos sentamos en la mesa del comedor y él sirvió vino, empezamos a tomar un poco y luego no pudimos aguantar las ganas que teníamos. Mi vagina quedó partida y yo disfruté de más.
¡Adoré sentir tantos chorros de semen esa noche, mi vagina quedó partida y yo feliz!
Alberto me montó en la mesa y me desnudó toda, me puso en cuatro y me empezó a coger durísimo por el culo. Nunca antes me había dolido tanto una cogida como la de ese hombre, su pene estaba inmenso y era gruesísimo. Me sentí toda irritada, adolorida y muy excitada, adoraba la sensación que estaba teniendo. Luego de unos 30 minutos se aburrió de mi culo y comenzó a perforarme la vagina, ya estaba toda mojada y fue demasiado divino sentir como mi vagina me quedó partida después de tanto sexo.
Yo gemía fuertemente y no me importaba nada en ese momento, estaba cogiendo con mi amante y me había olvidado por completo de la existencia de Eric. me estaban bombeando y mi vagina estaba hinchada, ese pene entraba y salía, sonaba como chancletazos, adoraba como se movía Alberto mientras me metía su verga, se ponía muy intenso y cachondo, me fascina que los hombres se pongan así durante el sexo.
Estábamos cogiendo divino, llevábamos cogiendo desde las 11:00 pm y ya eran las 2.!5 am, estábamos a punto de corrernos, empecé a sentir un chorrero de leche y mi vagina estaba full, se desbordaba todo ese semen. Después de esa noche mi vagina quedó partida y realmente húmeda. ¡Adoré pasar esa noche esplendida con mi nuevo amante!