Esta es la historia de cómo mi tío me folló en el baño.
Hace unos meses tuve en un accidente durante un campamento de verano, me partí la pierna y tuve que andar en muletas por mucho tiempo. Si esto no fuera pasado, no podría decir que mi tío me folló mientras me bañaba.
Para aquel entonces sentía que mi vida apestaba. Todos en la escuela se burlaban de mí, no podía hacer nada sin ayuda de otros (incluso bañarme) y mi madre me culpaba una y otra vez por lo que me había sucedido.
Estuve en el quirófano más de un par de ocasiones. La fractura había sido muy grave y solo tras varias intervenciones los médicos lograron que mi pierna quedara más o menos normal. Por supuesto, debía pasar muchos meses para volver a caminar.
Mi tío (el hermano de mi mamá) siempre ha vivido con nosotros. Lo considero más como un hermano porque tiene solo años más que yo y mi madre se encargó de criarlo cuando mis abuelos fallecieron.
Él es un hombre con personalidad extrovertida, es muy alegra y también muy apuesto. Nunca he tenido ningún problema con él, de hecho, siempre me ha protegido y ayudado en lo que puede.
Mi tío me folló en el baño porque mi madre se había ido de viaje
Los gastos en casa habían aumentado por mi situación médica y mi madre tuvo que esforzarse más en su trabajo para ganar más dinero.
Una noche, a la hora de la cena, nos dijo a mí y a mi tío que tendría que irse de viaje por tres días para atender un proyecto importante. Así que, le dio instrucciones a mi tío para que cuidara de mí como ella lo hacía.
Llegó el día del viaje y la despedimos, no fue nada especial porque ya estábamos acostumbrados a quedarnos solos. Quiero aclarar que si bien mi tío me folló en el baño, esa fue la primera vez que tuvimos sexo, nunca antes lo habíamos intentado, aunque estuviéramos muchos días solos.
Nuestro primer día solos, mi tío me cuidó con mucho cariño y paciencia, hasta que llegó la hora de mi baño. Eso era algo en lo que mamá tenía que ayudarme, yo no podía estar de pie durante mucho tiempo y no podía estar sola porque me podía resbalar en la ducha.
Por supuesto, intenté hacerlo sola para evitar el momento cómodo. Entonces, me desvestí, tome la toalla y fui hasta el baño. Estaba un poco nerviosa, había aprendido por las malas que no podía bañarme sola. La primera vez que lo intenté caí accidentalmente al suelo y volví a lastimarme la pierna.
- Toc, toc, toc… Escuché la puerta sonar. – ¿Necesitas ayuda? Me dijo mi tío desde el otro lado.
- No te preocupes, pero quédate cerca por si tienes que venir al rescate. Le dije en tono de broma.
Abrí el grifo de la ducha y me comencé a bañar, pero en un momento el jabón calló al suelo y como una tonta intenté recogerlo.
Mi tío me bañó con su leche cuando me folló en el baño
Pasó lo más lógico. Caí al suelo y me lastimé nuevamente. Mi grito de dolor hizo que mi tío entrara. Me ayudo a levantar y me abrazó para consolarme.
- Sabía que necesitarías ayuda. Me dijo tiernamente al oído.
Allí estábamos los dos bajo la ducha, abrazados, yo completamente desnuda, llorando sobre su pecho.
- ¡Oh no! Lo siento. Dije al darme cuenta de que estaba desnuda.
En medio del abrazo sentí cómo el pene de mi tío se ponía muy duro u erecto. No lo culpé, era un hombre y estaba abrazando a una chica completamente desnuda.
Me sostuvo por los hombros y posó sus ojos sobre mi cuerpo, me veía con lujuria.
- Te ayudaré a ducharte. Me dijo con una voz sensual.
Recogió el jabón del piso y lo enjuagó un poco para frotarlo sobre mi piel. Comenzó por los brazos, luego las piernas, la espalda y pasó al abdomen. Lo hacía suavemente. Yo estaba inmóvil, no sabía qué hacer, pero mi vagina por alguna razón estaba ansiosa de tener sexo en ese momento.
Nunca antes nadie me folló en el baño, pero había querido hacerlo desde hace tiempo atrás. No habría imaginado que mi fantasía se cumpliría con mi tío.
Pensé que se detendría para permitirme a mí enjabonar los pechos y mi vulva, pero no lo hizo. Frotó el jabón en mis pezones dando círculos y apretando. De repente, me miró fijamente mientras deslizaba su mano por mi abdomen en dirección a mi vagina.
No dejó de mirarme en aquel momento. Mi respiración se aceleraba y mi vagina lubricaba mucho.
Él puso el jabón en medio de mis piernas y con mucha tranquilidad lo deslizaba desde mi pubis hasta el culo. Sin dejar de mirarme a los ojos.
Después de que mi tío me folló en el baño no pude estar con nadie más
- Ahhhh, ummm. No pude evitar dejar escapar un gemido y eso le encantó.
Sin decir nada soltó el jabón y tomó la esponja para restregar mi cuerpo. También se quitó la ropa que ya estaba toda mojada.
Me puso de espaldas, con la cara contra las baldosas de la pared, debajo de la ducha. Me abrió las piernas y como un animal a su hembra, introdujo su pene dentro de mí.
Sentí una corriente que recorría todo mi cuerpo, cada vez que él me clavaba su puñal. Primero fue lento y después lo hizo más rápido, con un ritmo fenomenal.
Había olvidado el dolor de la pierna y que él era mi tío. Sus embestidas eras rudas, profundas y me hacían gritar y gemir al mismo tiempo. Me tomó por el cabello y acercó su boca a mi cuello, llenándome de besos y metiendo su lengua en mi oreja.
Me dio la vuelta, volvió a enjuagar mi vagina y se arrodilló para darme un poco de amor con su lengua.
Realmente mi tío tenía mucho talento en chupar clítoris, lo hacía tan bien que en un par de minutos logró que me corriera y mis líquidos le llenaron la cara.
Se levantó y terminamos de enjuagarnos. Yo veía su pene erecto y solo pensaba en que lo quería dentro de mí.
Me tomó alzada como una niña pequeña y abracé su cintura con mis piernas, al tiempo que él metía su pene en mi vagina.
En esta posición me llevó a su habitación y me puso en la cama. Quedó encima de mí y siguió follándome, chupando mis pezones y lamiendo mi cuello.
Sentí que estaba a punto de terminar y me preparé para recibir su leche. Cuando estaba al borde del orgasmo, sacó su pene y lo exprimió sobre mi cara.
Desde ese día aprovechamos cada vez que estamos solos para hacerlo como ese día que mi tío me folló en el baño.