Nunca me habría imaginado que mi amiga me hiciera eso aquella noche, mi roomie me empezó a coger mientras yo estaba acostada. Recuerdo que me sentí muy extraña, ya que, no me esperaba que ella fuera a hacer eso, llevamos muchos años siendo amigas y nunca había demostrado que sentía atracción sexual hacia mí. Sin embargo, no se sintió tan mal, nunca había vivido una experiencia homosexual en mi vida y estaba complacida con los resultados.
Mi nombre es Dayana, tengo 22 años de edad y me mudé de mi casa cuando tenía 18 por asuntos personales, además tenía que empezar la universidad. Entonces, como mi hogar quedaba lejos de la universidad me tuve que mudar a una residencia que quedara en la misma ciudad donde tenía que estudiar. Y así fue como empecé a vivir mi ida como una chica independiente, me encantaba mi nueva vida, conocí personas nuevas y muchos lugares diferentes e innovadores.
En el momento en que decidí mudarme a una residencia me di cuenta que el alquiler era demasiado costoso, era casi imposible pagarlo yo sola. Entonces, cuando empecé a ir a la universidad y fue conociendo amigas, descubrí que una de ellas tampoco vivía en esta ciudad y aproveché para plantearle la pospuesta que se fuera a vivir conmigo y pagábamos el alquiler a medias. A ella le pareció una idea magnifica y accedió a vivir conmigo, ya todo estaba listo y ya podría dejar de preocuparme por la renta.
Me encantaba vivir acompañada de mi amiga
Mi compañera se llama Martina, también tiene mi edad y es una niña muy bella, tiene unos senos enormes y un culazo espectacular, llama la atención de todos los hombres. Desde que nos conocimos nos llevamos muy bien, ella es demasiado agradable y siempre me ha respetado, nos encanta conversar acerca de muchos temas y siempre buscamos la manera de divertirnos. Pero nada como la vez que mi roomie me empezó a coger aquella noche de lluvia.
Ambas estábamos viviendo en una habitación, era bastante linda y acogedora, teníamos todas las cosas que necesitábamos par estar tranquila. Lo único era que ambas debíamos compartir cama porque solamente había espacio para una cama matrimonial, pero no teníamos problemas con eso, todo sea para reducir gastos. Era normal, siempre dormíamos juntas y nunca pasaba nada sexual entre nosotras, fue mas adelante que las cosas empezaron a ponerse un poco más extrañas.
Martina y yo cuando no teníamos clases agarrábamos los fines de semana para salir y divertirnos, íbamos a los mejores lugares de la ciudad a comer y veces a tomar. A las dos nos encanta tomar mucho alcohol mientras bromeamos y nos morimos de la risa, ella es una gran amiga y adoro pasar tiempo junto a ella, me hace sentir muy bien. Y recuerdo que un día le dije para ir a un bar que estaban inaugurando para celebrar que habíamos terminado el semestre y tomarnos unas cervezas mientras bailábamos.
Mi roomie me empezó a coger después que fuimos a ese bar
Ese día ambas nos pusimos nuestros mejores atuendos y nos fuimos a beber y bailar con hombres, todo fue muy divertido y entretenido. Ambas estábamos en la barra pidiendo las bebidas y conocimos a unos chicos guapos e interesantes que luego nos sacaron a bailar mientras bebíamos. Ambas nos pusimos a bailar con los muchachos y pasamos un rato genial junto a los chicos mas guapos de todo el lugar, andábamos más felices que nunca.
Luego todos nos pusimos beber mientras estábamos sentados en unas mesitas que se encontraban en ese bar y empezamos a conversar durante un rato largo. Recuerdo que luego estábamos demasiado borrachas y decidimos que era hora de irnos a nuestra residencia a descansar antes que quedáramos inconscientes y nos cogieran sin nuestro consentimiento. Pedimos un taxi y llegamos a la residencia en 10 minutos sin ningún problema, fue allí cuando mi roomie me empezó a coger, que locura tan rica.
Ambas estábamos borrachas y llegamos a ese cuarto, yo me acuesto en la cama toda exhausta, me quita la ropa y quede solo en ropa interior, mi amiga también se acostó conmigo. Cerré los ojos por el cansancio que tenía, estaba extremadamente mareada de tanto alcohol que había entrado en mi organismo. Para mi sorpresa empecé a notar que Martina estaba tocándome la vagina mientras intentaba meter sus manos en mis tetas, yo quedé como loca.
¡Nunca olvidaré la primera vez que mi roomie me empezó a coger, me fascina sentir sus manos en mi chocha!
Sentí mucha inseguridad sexual en ese momento y no pensé que fuera capaz de hacerme algo así en la cama, pero me dejé llevar porque estaba muy excitada y cansada. Ella me estaba masturbando completita, mi vagina empezaba a mojarse y yo estaba como una perra muy cachonda queriendo que la azoten. Luego ambas nos quitamos nuestra ropa interior y quedamos completamente desnudas, se montó encima de mí y estaba dándome dedo durísimo por la vagina, yo gemía como una puerca.
Nunca había estado tan feliz por estar con una mujer en la cama, esa chica sabia como destrozar mi totona y hacerme sentir un placer descomunal. Ella me metía dos dedos en la vagina y me metía uno por el culo, es la mierda más rica que he sentido en toda mi vida, ni la vez en la que 2 negros me cogieron por mis dos orificios se compara a esto. Mi roomie me empezó a coger con sus dedos y me azotaba dándome nalgadas cuando ella quería, que rico ser la putita de mi amiga.
Duramos cogiendo como unas 2 horas ya eran como las 4 am y yo estaba con la vagina enchumbada de fluidos vaginales, luego me corrí en la mano de Martina y bote muchos chorros, quede muerta en la cama, estaba totalmente exhausta y me quede dormida hasta el día siguiente. Desde ese día mi roomie me empezó a coger a diario, ahora es soy su pequeña putita.