Ayer mi hermano y yo estuvimos follando después de la escuela. Sé que para muchos la escena puede ser algo grotesca, pero para mí, en realidad, fue lo mejor que me ha pasado en la vida.
Siempre hemos sido muy unidos, desde niños, nuestros padres nos enseñaron a amarnos, a tratar de ser buenos hermanos, y efectivamente lo hemos hecho.
Luis ha sido el mejor hermano de todos, todo el tiempo ha estado para mí, me cuida y me defiende y es esa persona a la que puedo contarles mis problemas sin miedo a que me juzgue.
Ayer llegamos de la escuela y vimos una nota sobre la mesa donde mamá nos decía que llegaría hasta muy tarde en la madrugada, porque tenía una cena de negocios y que mi padre la acompañaría.
Entonces, Luis y yo aprovechamos para pasar una noche agradable juntos. Pedimos pizza, escogimos una película y nos metimos a su habitación para pasarla bien. Juro que no planeamos nada sexual, las cosas simplemente se dieron.
En medio de la película, mi hermano recibe un mensaje de su novia. Ella le dice que quiere verlo y él hace una cara de fastidio.
¿Todo va bien? Le pregunté confundida.
Después de la escuela terminé follando con mi hermano
- Sí, solo que Mónica, es una buena chica, pero no es lo que busco en la cama. Ella es muy aburrida. Me comentó Luis con toda confianza.
Estábamos acostumbrados a hablar sin tapujos sobre estos temas. No nos daba vergüenza porque nos teníamos mucha confianza.
- Me sucede lo mismo con mi novio. Él es muy caliente, pero solo se preocupa por su placer, nunca he sentido un orgasmo desde que follamos. Le contesté.
- ¿Es en serio? ¿Nunca, Nunca? Me respondió sorprendido.
Continuamos hablando del tema sin prestar atención a la película. Él me daba consejos sobre cómo hacérselo mejor a mi novio y yo le aconsejaba sobre las cosas que nos gustan a las chicas.
En un momento, sin darme cuenta, mi vagina estaba muy húmeda y me di cuenta de que su pene estaba erecto.
- Al parecer nuestros cuerpos están ansiosos de placer. Lástima que no tenga con quien follar en este momento. Esta conversación me puso muy caliente. Le dije a Luis sin dejar de mirar su pene duro.
Una cosa llevó a la otra y de un momento a otro, estábamos él encima de mí, besándome apasionadamente, mientras masajeaba con su mano mi vagina.
Mi hermano y yo estuvimos follando después de la escuela cuando mis padres no estaban
Me miraba con ojos lujuriosos y supe que estaba follando con mi hermano, no lo podía creer.
Se bajó de mí. Yo tomé mis piernas y las sostuve para que mis pies quedaran apuntando hacia el techo. Los labios de mi coño húmedo se abrieron, quedando expuestos para que él viera todo a detalle.
Lentamente, acercó su cara allí y deslizó la punta de su lengua, desde el interior de mi muslo hasta la raja de mi coño.
Comenzó a lamer y chupar, después de un rato, penetró milímetro a milímetro en mi vagina, mientras que mi espalda se arqueaba de placer. Una mezcla de suspiros y gemidos salían de mi boca.
Chupaba mi clítoris con ternura, eso me gustó tanto que puse mis manos en su cabeza y lo empujé fuerte contra mi coño. En mi mente no dejaba de pensar en que está mal, que mi hermano y yo estuvimos follando después de la escuela.
Él ahora tenía una visión profunda de mi vagina y eso me encantaba. Mi respiración se aceleró y mis gemidos eran cada vez más fuertes. Luis hacía exactamente lo que yo quería.
Follando con mi hermano, él es una bestia en la cama
Empujaba su lengua contra mi vagina y con la punta trataba de alcanzar mi punto G. La movía en forma de círculos y mi pelvis se levantó para hacer que entrara con mayor profundidad.
Literalmente estaba arañando su cabeza con mis uñas. Mis movimientos se hicieron más bruscos y mis gemidos se habían convertido en gritos de placer. Supe que ya venía, mi primer orgasmo sería con mi hermano.
Un río de jugos salió de mi vagina y la cara de Luis quedó empapada con ellos.
Había quedado relajada, pero nerviosa al mismo tiempo.
La posición había sido agotadora para él, así que se sentó en la cama. Yo me acerqué lentamente hacia su pene, abrí la boca y pasé la lengua por su eje. Lo metí profundamente hasta mi garganta, cerré los ojos y lo chupé con pasión. Mi cabeza baja arriba y abajo mientras tanto.
La respiración de Luis se hizo más rápida y sus testículos se hacían cada vez más duros. Chupé su pene con fuerza y luego lo solté. Sabía que si seguía haciéndolo por dos segundos más, se correría en mi boca.
Quedé llena de leche después de que mi hermano y yo estuvimos follando
Me senté en su regazo, con las piernas separadas. Tomé su pene con una mano y lo froté entre mis labios húmedos. Él agarró mis nalgas y las masajeaba a mi ritmo, se inclinó hacia adelante y tomó mis pezones entre sus labios.
Introduje el pene en mi vagina y me movía hacia arriba y hacia abajo para que se deslizara sin problemas hasta el fondo. Estaba tan caliente que mis movimientos cada vez se hacían más rápidos.
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Luis humedeció sus dedos con su boca y luego los puso sobre mi clítoris, no pude evitar gritar de placer y decirle lo mucho que me encantaba eso.
Mis movimientos se volvieron incontrolables, estaba a punto de llegar al clímax nuevamente. Él se dio cuenta y frotó mi clítoris cada vez más rápido, los espasmos estaban por todo mi cuerpo, me sentía como un volcán en plena erupción.
Estaba tan concentrada en mi placer que ni siquiera me di cuenta de que Luis había tenido también su orgasmo, su leche estaba dentro de mí derramándose por mi vagina… Así fue como terminé follando con mi hermano.