Mi nombre es Dania, tengo 18 años, mido 1,68, tengo el cabello rizado de color marrón, mi cuerpo es bastante lindo, tengo unas curvas bastante pronunciadas y mi vagina es bastante abultada y apretadita. En mi casa vivimos, mi papá, mi madrastra y el hijo de esa mujer “Ernesto”, él tiene 22 años, casi nunca interactuó con él, soy un poco odiosa y no me gusta perder mi tiempo con mi familia. Sin embargo, una vez el cuarto de Ernesto estaba en reparación y dormía conmigo, mi hermanastro me manoseaba cuando yo dormía, no podía creer lo abusador que fue.
La verdad en el momento en que me di cuenta me sentí un poco asustada y bastante enojada, pero, mientras más empezaba a tocar sentía que iba llegando al cielo, adoraba lo que me hacía sentir. La verdad no voy a negar que desde que mi papá se casó con su madre y empezaron a vivir en nuestra casa Ernesto me parecía un chico bastante apuesto y me llamó la atención desde un principio. Pero empecé a creer que era uno de esos chicos arrogantes que porque era lindo creía que lo tenía toda en la vida.
Normalmente cuando estoy en la casa me la paso sola, porque yo estudio en la mañana y me queda la tarde libre para hacer lo que yo desee. Mis padres trabajan todo el día y mi hermanastro también trabaja casi todo el día, llega por las tardes. Entonces, yo estoy acostumbrada a pasar mucho tiempo sola, no me importa mucho interactuar con mi hermanastro ni con mis padres.
No me guastaba pasar tiempo con mi familia, mi hermanastro era bastante odioso
Además, cuando estamos todos de vacaciones o sé que ellos van a estar en la casa hago planes con mis amigos y me voy para sus casas, hacemos pijamadas o simplemente busco la manera de planear cosas afuera de casa. Desde hace mucho tiempo que no tengo novio, terminé con él desde hace como 2 años, llevo mucho tiempo sin tener sexo, necesito a un hombre que me haga mojar toda y me destroce la vagina por completo. La mayoría de mi tiempo me la pasaba viendo porno mientras me masturbaba hasta que me corriera toda.
Mi vagina siempre terminaba toda mojadita y yo deseaba que alguien me cogiera a diario, fue cuando mi hermanastro me manoseaba que empecé a disfrutar lo rico. Normalmente cada quien tenía su cuarto en la casa, yo dormía sola en mi cuarto y tenía todas mis cosas allí, nadie entraba a mi cuarto y era todo perfecto. Sn embargo, la cama de Ernesto se rompió y empezaron a acomodarla y aprovecharon para remodelar su cuarto, entonces se tenía que quedar en mi cuarto durmiendo conmigo en mi cama mientras esto pasaba.
La verdad no había mucho problema con esto, pero estaba acostumbrada a mi soledad y a pasar mi tiempo relajada sin que nadie me molestase. Entonces, le dije que no había problema en que estuviese en mi cuarto, él me agradeció por eso y empezamos a convivir juntos por mucho más tiempo. Cada vez que llegaba de clases y llegaba a casa estaba en mi cuarto sola hasta que se hiciera de tarde y llegaba Ernesto, empecé a convivir mucho con él y hablábamos bastante.
Ernesto empezó a dormir conmigo, mi hermanastro me manoseaba mientras dormía y me di cuenta
La verdad era bastante agradable, gracioso y me parecía un chico bastante interesante, durábamos hablando desde la tarde hasta la noche, sacábamos muchos temas de conversación. Llegamos a tener mucha confianza entre nosotros en poco tiempo, cuando dormíamos yo siempre me ponía de cucharita y dejaba que el me abrazara por atrás, se sentía demasiado rico, la primera vez mi vagina me hacía cosquillas. No podía creer lo bien que se sentía dormir con mi hermanastro, tenía mucho tiempo sin saber lo que era dormir con un hombre, por eso empecé a agarrarle el gustito que Ernesto calentara mi cama. Mi hermanastro me manoseaba cuando dormía y me di cuenta rápidamente.
Recuerdo claramente que una noche estábamos a punto de dormir, le dije que me abrazara fuerte, nos acostamos como siempre lo hacíamos me abrazo por detrás, tenía sus manos por mi ombligo. La verdad nunca me había abrasado tan rico, luego me acosté a dormir, pero, en un momento me dieron ganas de ir al baño y me desperté, fue allí cuando me llevé la sorpresa. Mi hermanastro estaba manoseándome, sus manos iban bajando de mi ombligo hacia mi vagina, estaba metiendo sus manos dentro de mi panti y me estaba dedeando el clítoris. Estaba un poco alterada porque no me lo esperaba.
¡Ernesto me cogía demasiado rico, mi hermanastro me manoseaba mientras me corría con su pene dentro de mí!
Sin embargo, a la vez estaba muy excitada, no podía creer que ese chico era capaz de hacerme eso, seguramente lo había hecho desde la primera noche y yo no me había dado cuenta, mi hermanastro me manoseaba cada noche. Entonces, yo estaba toda mojadita, mi vagina estaba palpitando y yo empecé a soltar algunos gemidos, Ernesto se dio cuenta de que me había despertado, sacó su pene y me empezó a meter su pene por mi chocha, me decía cosas sucias y yo estaba toda excitada.
Adoraba sentir ese pene dentro de mí, me desnudé para que me viera toda, el empezó a tocarme las tetas y adoraba pellizcar mis pezones, no podía creer lo rico que era ese hombre. Su pene estaba entrando y saliendo de mí rápidamente y yo estaba muy complacida, adoraba sentir ese falo inmenso y venoso dentro de mi panochita cerradita. El cada vez que me bombeaba lo hacía más fuerte, no podía seguir aguantando toda esa penetración descomunal que me daba ese hombre.
Estaba a punto de venirme, cada vez que sentía ese pene dentro de mí me daban ganas de botar todos mis fluidos vaginales, duré como 5 minutos más y me corrí en el pene de Ernesto. Mi hermanastro me manoseaba mientras me corría toda, luego de un momento empecé a sentir chorros de leche dentro de mí, él también se había venido y yo estaba más que complacida.