Mi nombre es Estefany, tengo 18 años, me gusta mucho Sali con mis amigos, salir de fiestas, beber alcohol y singar como una puta loca. Por donde vivo hace poco tiempo conocí a unos chicos bastante carismáticos que me agradan mucho y les e ganado bastante confianza, soy todos muy lindos y me fascinan. Ellos me tratan con mucho cariño y amor, al principio era un poco distantes, pero desde que empezamos a salir con más frecuencia hacemos cosas muy perversas, me encanta que me cojan entre toditos, soy toda una perra que adora el guevo.
Mi mamá compró un apartamento en una ciudad que queda aproximadamente a 4 horas de distancia de la casa actual donde vivo, ella y mi padre viven en aquella casa y yo vivo sola con mi hermana menora aquí. Sinceramente adoro vivir sola, puedo hacer muchas cosas libremente sin tener que preocuparme por mis padres y puedo hacer las cosas que me plazca. Mi hermana siempre se porta bien y nunca estorba, por eso soy muy feliz en mi casa, además puedo invitar a las personas que quiera y se pueden quedar a dormir, ¡que rico!
Yo normalmente paso la mayor parte del día en la casa, salgo únicamente a comprar comida y a cosas muy puntuales. Desde que mis padres me dejaron la casa sola nunca he aprovechado para hacer desastre, porque por donde vivo no conozco muchas personas de mi edad y mis amistades viven muy lejos de mi casa y nunca vienen. Siempre fantaseaba con hacer una enorme fiesta n mi casa y disfrutar y emborracharme como loca mientras cogía con quien yo quisiera. Me encanta que me cojan todo el tiempo.
Quería conocer personas para poder hacer un desastre en mi casa
Más adelante, fui conociendo algunas personas de mi edad, habían unos chicos que siempre se reunían por las tardes en el vecindario, eran nuevos. yo salí de mi casa y empecé a conversar con ellos, eran bastante agradables y se veían tranquilos, son 3 y se llaman Carlos, Zequi y Luis. Esos muchachos eran demasiado apuestos, se veían atentos y durante todo el tiempo que hablamos me intentaban sacar muchos temas de conversación y se notaba el interés que tenían por hablar conmigo.
Luego de esa vez me dijeron en donde vivían y empezamos a vernos con mayor frecuencia, salíamos a ver películas en sus cosas y hacíamos comidas, buscábamos la manera de que no nos matara el aburrimiento con este encierro. Disfrutaba mucho de la atención que me daban los muchachos, siempre me abrasaban, me acariciaban y me daban muchas caricias ricas en mi cuerpo, me sentía muy cómoda con ellos. Me estaban empezando a atraer, eran muy lindos, tiernos, adorables y se veía que teníamos unos penes duros y enormes, deseaba sentirlos todos para mí.
Había ideado un plan para hacer una reunión algo alocada en mi casa todos juntos y poder disfrutar mientras comíamos y bebíamos como locos, era perfecto y mas por que me encanta que me cojan. Esos muchachones estaban maravillados con la idea, le conté que no había nadie en mi casa porque vivía sola y podíamos quedarnos hasta la hora que quisiéramos, me dijeron que era la idea perfecta. Entonces coordinamos todo para el fin de semana hacer la rumba más alocada de todas en mi casa, ¡por fin iba a poder cumplir uno de mis sueños desde que se fueron mis padres!
Conocí a esos chicos y desde que los vi me dieron ganas de que me rompieran toda, me encanta que me cojan duro
Ellos me dijeron que no me preocupara por la bebida que ellos se encargarían de eso, yo compré algunos snacks para comer mientras estábamos en la fiesta y luego me fui para mi casa a acomodarla para que se viera hermosa cuando los muchachos llegaran y poder disfrutar durante toda la noche. Me coloqué la ropa que más me fascina, me veía como toda una diosa esa noche, sabia que iba a llamar la atención de los tres e iba a ser una boba seductora de penes.
Los muchachos llegaron y yo los atendí con buena música y empezamos a comer y beber alcohol, el ambiente estaba bastante cómodo y agradable. Ellos estaban bastante simpáticos y me decían que me veía demasiado hermosa esa noche, yo estaba toda sonrojada y le lancé cumplidos a todos, se veía como había una tensión entre ellos. Me observaban disimuladamente cuando yo no veía, me miraban el culo y no me quitaban los ojos de encima, yo estaba algo ebria y excitada.
Duramos bebiendo 1 hora aproximadamente y ya estábamos suficientemente borrachos, ellos empezaron a acariciarme entre todos. En una de esas, Carlos me empieza a besar muy apasionado mientras todos me están tocando. Yo me quité la ropa y quedé desnudita para que me comieran esos tigres. Ellos se quitaron la ropa también, empezaron a cogerme uno por uno, el primero que empezó fue Carlos, me metió el ene fuertemente de una vez.
¡No puedo creer que cumplí mi fantasía!, ¡cómo me encanta que me cojan y me echen todo adentro!
Yo estaba un poco adolorida, pero estaba tan borracha que no sentía mucho, fue bastante rico sentir como me bombeaba fuertemente. Luego, se me acercó Luis y empezó a cogerme, me metió el pene por el culo, fue dándole poco a poco hasta que logró dilatarlo, su pene es bastante grueso y me fascina sentirlo por mi culo.
Mientras me cogía este chico vino Zequi y me empezó a meter el pene por la vagina, tenia a dos hombres dándome por todos lados, no podía creer lo rico que se sentía era tanto placer en una sola noche. Estaba gozando porque me encanta que me cojan duro y salvaje. Sus penes estaban viscosos y mientras mas me penetraban se ponían más palpitantes y me bombeaban más fuerte, yo duré toda la noche gimiendo como una puta de esquina.
No podía aguantar más, tenía mucho sueño y me estaba quedando dormida, el alcohol estaba actuando por mí. Los muchachos estaban muy excitados, se escuchaban sus gemidos mientras me penetraban, luego de unos minutos noté que se vinieron dentro de mí me acabaron toda, mi vagina y mi culo quedaron llenos de leche y no podía aguantar más. Fue demasiado rica esa sensación de calor entrando por mi panochita y mi culito simultáneamente, me encanta que me cojan y me dejen repleta de placer.
Después de eso me quedé dormida con esos hombres en mi cama, fue una noche muy inolvidable, desde ahora ellos eran mis papis y me iban a consentir siempre.