Aun recuerdo la primera vez que tuve mi fantasía sexual con la señora de servicio, yo tenia 16 años y nada de experiencias sexuales. Mi nombre es Sara, soy una niña muy linda y carismática, nunca he tenido novio y en ocasiones he dudado de mi sexualidad, las mujeres me suelen llamar la atención. No me arrepiento ni un poco de las cosas que hice con esa mujer que tenia unas habilidades sexuales tremendas, ella si sabia como excitar a una mujer.
Yo vivo con mi mamá y mi papá, soy hija única y siempre me consienten mucho porque soy su pequeña amada. Sin embargo, ambos siempre se la pasan trabajando durante periodos de tiempo largos, razón por la cual contrataron a una señora de servicio que me cuidaba desde que era una bebé. La señora de servicio se llama Elena, una mujer muy atractiva y tiene como unos 30 años de edad, ambas siempre nos divertimos y hacemos actividades juntas, ella me adora desde que yo era chiquita.
Mis padres se iban a trabajar temprano y llegaban casi a la medianoche y yo iba al colegio en las mañanas y regresaba al mediodía. Básicamente nunca estaban en casa y la mayor parte del tiempo me la pasaba con la señora de servicio, era una persona muy especial para mí. Elena me cocinaba lo que a mí me encantaba, veíamos películas juntas y siempre me hacia sentir feliz y alegre, amaba a esa dulce mujer. Un día nuestra confianza empezó a llegar a otro nivel.
La señora de servicio y yo éramos muy unidas
Yo soy una adolescente muy curiosa, en ocasiones siento fuertes ganas de tener sexo con alguien y me masturbo mucho, soy una nena cachonda. Sin embargo, nunca había vivido una experiencia de ese tipo con nadie, nunca había tenido la oportunidad de tener novio, estaba a punto de explotar por las ganas que tenia de vivir experiencias sexuales. Elena y yo siempre veíamos películas acostadas en mi cuarto, teníamos mucha confianza y nos acariciábamos y nos consentíamos mutuamente, pero era algo habitual.
Me encantaba estar cerca de ella, puesto que, me sentía amada y muy cómoda cuando nuestros cuerpos estaban pegaditos. Ella me decía que era una chica muy tierna y linda, y yo le respondía de igual manera y le decía lo mucho que la adoraba.
Yo: no tienes ni idea de lo importante que eres para mí, eres una gran persona, me encanta hacer este tipo de cosas contigo Elena, lo valoro mucho.
Elena: aww que tierna eres Sara, tú eres la niña de mis ojos, te conozco desde que estabas bebita y me encanta consentirte y pasar momentos contigo. -dijo mientras me acariciaba la cara con mucha dulzura-
En ese tierno momento pasó algo que nunca me había sucedido anteriormente, las caricias que me estaba dando la señora de servicio me estaban empezando a excitar. En ese hermoso momento Elena me estaba empezando a llamar la atención, con esas caricias que me daba y las cosas hermosas que me decía me estaba enloqueciendo. Ella se iba acercando hacia mi cada vez más, me acariciaba por partes que me daban cosquillas y en ocasiones me excitaba, podía sentir que había atracción entre nosotras, pero estaba confundida.
Me sentía muy excitada cuando la señora de servicio me acariciaba el rostro y mis partes calientes
Un día en el que no estaba nadie nos encontrábamos en mi cama viendo películas, un momento muy rico con esa preciosa mujer. Estábamos juntitas y arropadas en las mismas sábanas mientras nuestros cuerpos se rozaban para que sintiéramos el calorcito, mi vagina estaba empezando a palpitarse como nunca antes lo había hecho. Empezamos a acariciarnos y juguetear con nuestros cuerpos mientras estábamos disfrutando de la película, cada vez nos poníamos más atrevidas.
Yo: ayy Elena quiero que te acerques a mí, tengo algo de frio y quiero sentir tu cuerpo junto al mío para que me des calorcito.
Elena: uyy ¿tienes frío mi niña?, tranquila que yo te doy calor mientras te acaricio bien rico. Solamente quiero que te dejes llevar por este momento.
La señora de servicio estaba empezando a seducirme poco a poco, me empezó a pasar sus pies por mis piernas suavemente haciendo que me diera un cosquilleo directo en mi panocha. Con sus manos iba recorriendo por mi estomago haciendo un masajito e iba bajando cada vez más, yo estaba hasta el borde, tenía ganas de que me hiciera suya. Me susurraba cosas ricas al oído mientras con sus pies me manoseaba intentando seducirme y con sus manos me acariciaba tocándome mi dulce vagina.
Yo: mmmm creo que esto me esta gustando mas de lo normal, quiero que sigas haciéndome cosas ricas Elena, estoy empezando a excitarme.
Elena: ahh que rico saber que después de tanto tiempo pude provocarte, siempre he tenido lujuria sexual por ti pequeña niña hermosa, quisiera poder mamarte la totona hasta atragantarme con tus fluidos vaginales.
Yo: uff si sigues así vas a conseguir todos lo que estas buscando mi amor, quiero que hoy sea un día especial que nunca vayamos a olvidar.
Yo estaba muy excitada mientras la señora de servicio estaba lamiendo mi rajita
Elena empezó a bajar su mano hasta conseguir mi clítoris y estaba acariciándolo con una delicadeza indescriptible, yo estaba muy mojadita, me sentía en el cielo. Acercó su cabeza hacia mí y me comenzó a besar con sus hermosos labios carnosos, nos estábamos atragantando con nuestras lenguas, era el momento mas feliz de mi vida con la señora de servicio. Luego de un rato de manoseo mi vagina estaba muy dilatada, y ella procedió a quitarse la ropa y a desnudarme completica, quedamos como unas putas, su cuerpo era muy hermoso y quería sentirlo frotándose junto al mío.
Yo: ayyy que rico, me encanta como me manoseas la totona, soy una niña muy sucia ¿verdad?, cuando estoy contigo puedo ser lo que tu quieras.
Elena: asss me encanta ver como suplicas que siga excitándote pequeña puta, quien diría que algún día te encontrarías conmigo en tu cama mientras te froto ese clítoris. Quiero que seas mi puta para siempre, quiero devorarte esa conchita a cada rato, vas a ser mi pequeña esclava sexual.
Yo: si mami, yo solo quiero obedecerte y que me hagas todo lo que tu quieras, soy una putita sucia, necesito que me azoten a cada rato, merezco castigo.
Yo estaba en otro mundo, la señora de servicio era la persona que mas me excitaba en todo el mundo, ella sabia todos los puntos que me excitaban. Se montó encima de mí y nos empezamos a besar mientras me acariciaba mis tetitas y me las pellizcaba hasta hacerme gemir, mi totona nunca había sentido tanto placer. Luego se despegó de mi boca y fue bajando hasta mi deliciosa panochita, me puso la lengua en el clítoris y empezó a mamarla, que rico se sentía su lengua en mi pequeña rajita.
Nunca olvidare aquella vez en la que tuve mi primer orgasmo y sentí mucho placer
Yo estaba muy excitada por toda la lujuria sexual que me estaba provocando Elena, sabía cuáles eran las partes en las que sentía más y me atacaba por allí. En un momento mientras me pasaba la lengua por la vagina me metió unos deditos en el culo, sentí mucho dolor al principio, no aguaba el dolor que tenia mi culito cada vez que metía sus dedos. Sin embargo, luego mi culito se fue dilatando hasta que el dolor se fue y solamente se sentía mucho placer y me empezó a gustar, estaba toda mojada y gemía como una zorra.
Yo: ufff me encanta que me des duro por el culo Elena, me causas un placer muy divino en mi conchita, quiero que nunca pares de cogerme.
Elena: ayy que divino escuchar todo eso pequeña puta, tu totona esta muy estrechita, s nota que eres muy virgen. Ya eres una nenita muy húmeda, quiero hacer que te corras toda y que tengas tu primer orgasmo.
La señora de servicio se puso muy intensa, estaba dándome duro por detrás y me estaba dedeándome la vagina con la otra mano y chupándome el clítoris, sentía placer por todos lados. Ya no podía aguantar más, yo estaba a punto de correrme toda en la boca de esa mujer divina, me estaba dando muy duro y empezó a gemir mucho, estaba muy rico y mi totona estaba toda dilatada. Me empecé a acariciar los pezones para sentir mas placer mientras tenia a una diva sexual dándome duro por ambas partes.
Entre un momento de placer y gemidos me corrí en la boca de Elena soltando un gemido rico mientras sentía el mejor orgasmo de mi vida. La señora de servicio sonrió porque logro cumplir su objetivo, mojar su pequeña consentida mientras le devoraba la panochita. Luego nos acostamos a dormir abrazaditas, en un rato nos despertamos, nos limpiamos y nos vestimos para que mis padres no sospecharan nada.
Ella era la mujer de mi vida y yo era su pequeña consentida, después de esa vez terminábamos haciendo el amor todas las tardes. Me encantaba sentir su lengua dentro de mi vagina, la señora de servicio me dio la mejor experiencia de mi vida.