Mi nombre es Luisa, tengo 18 años, tengo el pelo rizado color marrón y unas nalguitas bien ricas que hacen que todo el mundo voltee a verme. Me encanta salir y disfrutar cada momento de la vida, soy una chica liberal y no me importa lo que diga la gente de mí soy una maldita zorra, alocada y excitante. Siempre me fijo en los hombres que van caminando por la calle y me los buceo completicos, me fascina imaginar que todos los chicos que me encantan me cogen duro. Pero nunca imagine que iba a ser lesbiana en algún momento de mi vida.
Yo tengo una gran amiga que vive cerca de mi casa, su nombre es Elizabeth, tiene mi edad, es muy atractiva y también es una loca como yo. Nosotras siempre hemos sido muy unidas desde el momento en que nos conocimos, tenemos una conexión única y me agrada bastante estar con ella. Siempre hablábamos de los hombres que nos gustaban y contábamos todo lo que nos encantaba de cada uno de ellos, siempre éramos muy explicitas con todo lo que queríamos que nos hicieran, somos unas putas muy alocadas.
Nunca me imaginé que iba a terminar cogiendo con mi amiga Elizabeth en algún momento, me fascinan los hombres, pero ella tiene algo en particular que hace que me vuelva loca. Nosotras siempre nos quedamos a dormir en mi casa o en la de ella y siempre bromeábamos sexualmente, pero era solo juego, nunca hacíamos nada fuera de lo normal. Siempre estábamos divirtiéndonos y disfrutando de los placeres de la vida, eran momento realmente inolvidable, un día nos pusimos a ver películas en mi casa para matar el aburrimiento.
Invité a mi amiga a ver películas para mi casa y las cosas se pusieron más interesantes de lo que pensaba.
Habíamos planeado todo, compramos chucherías para comer, elegimos la película que íbamos a ver para pasar una gran noche, últimamente estaba aburrida y quería algo de diversión. Yo arregle la casa, me bañé y me vestí para esperar a que mi amiga llegara y disfrutar de la película junto a ella. Elizabeth llegó al rato y nos pusimos a ver la película en mi casa, ese día mis padres habían salido temprano y llegarían algo tarde, ambas estábamos solas, aun no puedo internalizar que mi amiga terminó siendo lesbiana.
Entonces, estábamos conversando mientras veíamos la película y estábamos acostadas en la cama, yo estaba muy cómoda arropada junta a mi amiga. Yo le estaba haciendo caricias en el pelo y a ella le estaba gustando y se estaba adormeciendo, luego ella me fue acariciando a mí también. Fue un momento muy divertido y relajante, mi amiga estaba muy apegada a mí ese día, yo le estaba haciendo caricias en su carita y por su cuello, pero algo que hacíamos casi siempre.
Luego estaba empezando a notar que a Elizabeth le estaba gustado mas de lo normal, poco a poco estaba sintiéndose más excitada y me di cuenta porque soltaba ligeros gemidos. Yo no sabia que hacer, no quería dejar de acariciar a Elizabeth porque el momento se iba a poner incomodo, pero no quería creer que estaba seduciendo a mi amiga y se estaba excitando por las cosas que le estaba haciendo. En el fondo sabía que a ella le gustaban los hombres por todo lo que hemos hablado y eso era lo que me hacía sentir en calma.
Estaba confundida no sabía si mi amiga era lesbiana a no
Lo que me sorprendió fue que mientras le estaba haciendo cariñitos en el cabello Elizabeth empezó a acariciarme sensualmente por mis piernas, me ocasionaba muchas cosquillas. Yo me quedé en shock y me sentía confundida, ya que, no me esperaba que ella fuera capaz de seducirme, pero no voy a negar que se sentía rico cuando me tocaba. Me estaba empezando a gustar ese jueguito con mi amiga, ella iba subiendo intentando encontrar mi vagina, pero iba acariciando lentamente y con mucha delicadeza.
Yo empecé a jugar con ella mientras estábamos arropadas en las sabanas, empecé a bajar desde su cuello hasta sus pechos con mis manos. Lo hacia con un tacto muy sensible para que sintiera la yema de mis dedos lentamente sobre su piel, sabia que estaba haciendo bien mi trabajo porque Elizabeth se estaba empezando a retorcer. En el momento en que ya nos íbamos a poner calientes escucho la puerta de la casa, me puse muy nerviosa dejé de manosear a Elizabeth rápidamente y me paré de la cama a ver si mis padres habían regresado.
En el momento en que voy para la sala efectivamente noté que mis padres habían vuelto, los saludé y les dije que estaba viendo una película con Elizabeth. Mis papás dijeron que estaba bien, sabía que no habría ningún problema porque la conocen desde hace bastante tiempo y básicamente es parte de la familia. Entonces, fui para la nevera, busca unos vasos y serví jugo para mi amiga y para mí, me dirigí hacia mi cuarto y le di su jugo a Elizabeth y me acosté con ella nuevamente.
No me aguanté más y quise volver a tener intimidad con Elizabeth se sentía muy rico
En mi mente estaban muchas cosas, no podía creer todo lo que estábamos haciendo mientras veíamos la película, todo se sentía bastante extraño, pero rico al mismo tiempo. Son sabia que sentir, no sabía si me gustaban los hombres o era lesbiana, había tenido experiencias con hombres, pero nuca se sintió tan rico como esto. Mientras pensaba en todo esto me acosté al lado de Elizabeth nuevamente y seguimos “viendo la película”, aun tenia ganas de seguir con nuestros jueguitos sexuales.
Yo le coloqué la manó en el cuello y empecé a pasarle las uñas suavemente para provocarla, ella empezó a retorcerse y a excitarse. Me agarró por las piernas y estaba acariciándome mucho, se notaba el deseo que tenia por quitarme la ropa interior y empezar a devorarme la totona. Yo estaba excitada, mi vagina se estaba empezando a mojar lentamente, podía sentir los fluidos vaginales como chorreaban por mis pantaletas y yo gemía con mucha lujuria sexual. Me sentía muy decidida de tener sexo con mi amiga, ya era toda una lesbiana cuando estaba junto a ella.
Era demasiado rico, ella estaba comenzando a tocarme la vagina y cada vez estábamos mas calientes, yo le comencé a manosear lentamente por las tetas, se sentían sus pezones paraditos. Luego no me pude contener y me quité mi ropa, luego fui directo a quitarle toda la ropita que cargaba Elizabeth, su cuerpo era demasiado hermoso, unas tetas divinas y un culazo espectacular.
Ya no me importaba nada, me sentía como una puta lesbiana y me fascinaba
Ambas estábamos desnudas, me monté encima de ella y empezamos a besarnos con mucha ternura, yo le estaba acariciando su clítoris y ella me estaba me tiendo sus dedos en mi vagina. Soltaba gemidos finos mientras nos besábamos, un momento épico. Me sentía como una lesbiana sexy, nunca había tenido ninguna experiencia sexual similar a esa, realmente esta era la mas divina y placentera de todas. Mi amiga me estaba metiendo dos dedos en mi vagina, yo estaba goteando fluidos de mi chocha, estaba muy mojada y estaba ansiosa por saber cómo terminaría todo esto.
Me despegué de los labios de Elizabeth, comencé a besar sus senos con mucha lujuria, le mordía sus pezones y la puta gritaba de dolor y placer, me encantaba ver como se retorcía con todo lo que le hacía. Luego fui bajando aun mas hasta llegar a su clítoris, ene el momento en que lo vi le pegué mi lengua y empecé a lamerlo de forma circular, ella se movía como loca, le fascinaba que lo hiciera. Al mismo tiempo estaba manoseándole sus tetas y mi boca no se quería despegar de la vagina de Elizabeth, se retorcía mucho, pero yo seguía allí, me fascinaba oírla gemir y decir mi nombre desesperadamente.
Terminé echándole todo mi fluido vaginal a Elizabeth en su boquita
Después me despegué de ella, Elizabeth se montó encima de mí y nos colocamos en la posición 69, fue la mierda más rica que he sentido en mi vida. no voy a negar que esa mujer sabia como dar buenas mamadas en la vagina, estaba dándome duro con su lengua y en ocasiones me succionaba fuertemente y hacía que me enloqueciera. Yo estaba esforzándome por darle el mejor sexo oral a esa puta, ella me estaba mamando durísimo y estaba a punto de venirme, habían pasado mas de 60 minutos y nosotras estábamos comiéndonos la rajita.
Me sentía muy rica mientras estaba de lesbiana junto a mi amiga, ella me estaba apretando las nalgas y me hacia soltar gemidos fuertes. Siguió chupándome la concha y ya no podía aguantar tanto place y me corrí en la boca de Elizabeth, mi coño estaba lleno de fluidos y le había llenado la boca a esa perra. Estábamos agotadas de tanto placer, yo estaba asustada porque la excitación se me había pasado y sentía miedo de que mis padres entraran y nos encontraran teniendo sexo.
Por eso le dije a Elizabeth que nos vistiéramos rápido y que limpiáramos todo, después nos acostamos porque yo estaba exhausta de tanto placer que recibí esa noche. Nunca olvidaré esa experiencia tan rica con mi amiga lesbiana.