Soy una chica muy alocada, a mi me fascina ir a fiestas con amigos y emborracharme mientras coqueteo con diversos hombres. Mi nombre es Nicole, tengo 17 años y estoy en el último año de la preparatoria, les contaré acerca de la vez que fui a una fiesta de disfraces y el mago me metió su varita mágica. Esa fue la fiesta más alocada a la que he ido, me fascino poder disfrutar al máximo hasta el amanecer con ese hombre.
A mi me encanta salir por las noches a fiestas y reuniones con amigos en las cuales bebemos porque me encanta tomar como loca y bailar. Entonces, como estoy en el ultimo año salimos a fiestas como locos y tenemos que organizar fiestas para recaudar fondos, me encanta la idea de tener que rumbear todos los fines de semana. Todos teníamos grandes ideas para organizar fiestas, con diferentes tipos de dinámicas, juegos e incluso temas, recuerdo que todos estábamos de acuerdo en hacer una fiesta de disfraces.
Es una gran idea porque todo el mundo puede vestirse como quiera y seria muy graciosos ver a todo el mundo con ropa extraña, sería como un Halloween sexual. Entonces, ya estábamos planeando todo en el colegio para organizar la fiesta de disfraces, ya teníamos en mente la tarifa que íbamos a cobrar en la entrada de la fiesta. Solamente hacían falta pocos detalles, comprar el licor, organizar el local que íbamos a alquilar y pautar la fecha de la fiesta.
En el colegio íbamos a organizar una fiesta de disfraces y estaba muy emocionada por conocer hombres
Yo estaba muy emocionada porque terminé con mi novio hace como mes y medio y necesitaba un macho que me diera bien duro. Tenía pensado conocer a varias personas nuevas y terminar teniendo sexo salvaje con algún chico apuesto de la fiesta, soy una chica muy perra y me fascina el sexo. Yo tenia el disfraz perfecto que me iba a poner para llamar la atención de todo el mundo, me iba a arreglar lo más perra posible, para que se facilitara mi búsqueda de penes. Creo que funcionó porque el mago me metió su varita mágica esa noche.
Ya la fiesta de disfraces se acercaba y no tenía a ningún chico con quien pasar la noche, por lo menos tenía pensado conseguir a alguien en caso de que no conociera a nadie en la fiesta. Sin embargo, no me preocupaba mucho, ya que, soy una chica con muchas habilidades de seducción y estoy segura de que más de un hombre quisiera tener su pene metido dentro de mi vagina.
Entonces empecé a arreglar mi disfraz para el día siguiente, que era el día de la fiesta de disfraces, mi disfraz era de brujita sexy. Todos los hombres iban a enloquecer de lo hermosa que yo iba a estar, llevaba una túnica oscura que me quedaba apretadita, unas botas altas con medias pantis y un sombrero de brujita. Y el disfraz estaría complementado cuando estuviera en la fiesta y encontrara a un hombre que me diera su escoba para montarme de a sentones encima de ella.
En esa fiesta el mago me metió su varita mágica y me encantaba lo que hacía
Al día siguiente ayudé a los muchachos del colegio desde temprano para organizar todo, teníamos que limpiar el local y decorarlo con cosas de disfraces para cuando fuera a empezar la fiesta. Compramos mucho alcohol, lo colocamos todo en la barra y ya estaban los muchachos que iban a servir los tragos, como en 4 horas de pura limpieza y mantenimiento el local estaba perfecto para pistear. Luego de que terminamos de limpiar todo, nos fuimos para nuestras casas para alistarnos.
Esa noche iba a conocer a un chico ideal, yo no lo sabia pero el mago me metió su varita mágica y yo quede encantada con todos los hechizos que me hacía en la totona. Fui rápido para mi casa y me alisté lo más puta que pude para que el disfraz resaltara la perra que soy, quería tener muchos penes dentro de mí. Una vez ya estaba vestida decidí pedir un taxi y me fui para la fiesta de disfraces y llegué como a la media hora.
Apenas llegué a la fiesta vi a muchas personas y todas estaban disfrazadas, no podía reconocer a casi nadie, sin embargo, todo el mundo me decía que amaba mi disfraz de bruja putita. Luego, fui para la barra y pedí algo para tomar, en eso llegó un chico vestido de mago y empezó a conversar conmigo mientras estábamos sentados. Le pude ver el rostro y era muy apuesto, estaba fornido y su disfraz se complementaba con el mío, era perfecto.
Cuando el mago me metió su varita mágica quedé picada, pero me encantaba los conjuros que me hacía en la chocha
Duramos como media hora hablando mientras estábamos tomando y el alcohol hizo que se me soltara la lengua y las bragas. Estábamos mareados y le dije que, si quería ir a caminar por los alrededores de la fiesta, nos salimos del local y encontramos un lugar que estaba solitario.
El mago se volvió loco y me agarró por detrás y me empezó a quitar el disfraz, se sacó su varita mágica y me empezó a azotar duro por mi vagina mientras me tenia en cuatro. El mago me metió su varita mágica y yo era su brujita puta.
Entonces, a todas estas yo estaba muy excitada, borracha y loca porque me siguiera haciendo más hechizos en la totona. Se sentía demasiado rico como metía su pene dentro de mi y me metía nalgadas al mismo tiempo, todo era muy excitante y ambos gemíamos mucho. A el le gustaba apretarme las tetas mientras me cogía duro, movía mis caderas para que se excitara mucho más.
Todo iba de maravillas, pero de repente cuando estábamos en pleno acto notamos que alguien se estaba acercando, cuando escuchamos los pasos nos retiramos rápidamente. Disimulamos como si no estábamos haciendo nada sexual y seguimos conversando, me encanto que el mago me metió su varita mágica. Ese día no pudimos seguir cogiendo rico, pero quedamos para salir en otra mágica ocasión.