¿Alguna vez te has imaginado follando con el taxista mientras te está llevando hacia tu destino? Yo no lo había pensado nunca, y de hecho, hasta el día que terminé follando con el taxista en medio de la nada, no se me había ocurrido pensar que algo así me ocurriría.
Esto sucedió el mes pasado y es una historia que nunca le he contado a nadie. Aquellos días estaba atravesando una grave crisis, me había quedado sin trabajo y todos los días salía a buscar una nueva oportunidad laboral.
Sin embargo, debido a que mi casa se ubica a las afuera de la ciudad (lo prefiero así porque tengo mayor tranquilidad) mi viaje hasta el centro de la ciudad tardaba aproximadamente dos horas en taxi. El sitio era tan alejado que incluso el transporte público no llegaba hasta allí.
Había llegado a la conclusión de que debía mudarme de sitio, así no gastaría mucho dinero en taxis. Pero antes, quería conseguir el empleo para mudarme a una parte de la ciudad en la que pudiera estar cerca.
Mis viajes en los últimos días habían sido tan recurrentes, que los taxistas de la zona ya me conocían. De hecho, cuando tomaba alguno, lo primero que me decían era “¿Lograste conseguir algo hoy?, No te preocupes, mañana será un buen día”.
¿Cómo fue que terminé follando con el taxista en medio la nada?
Todo sucedió justo el día en que me quedaba dinero solamente para pagar el viaje en taxi de ida y vuelta por un día más. Había salido muy temprano, llamé a un taxista que llegó a recogerme y cuando llegué a la ciudad recorrí todo el lugar entregando por enésima vez mi curriculum en todos los lugares.
Mis reservas de comida habían disminuido mucho, por lo que también estaba ayunando para que no se terminaran tan rápido. Realmente mi situación era horrible y aunque no quiero excusarme, esto tal vez fue lo que me motivó a terminar follando con el taxista.
Ese día tampoco tuve suerte y antes de que callera la noche, tomé un taxi de regreso a casa con mi cabeza llena de frustración.
¿Tuviste suerte esta vez? Me dijo William, un taxista que muchas veces me había llevado a casa.
No pude responder, sentía un nudo en la garganta, ya no sabía qué hacer. Apenas entré en el auto me puse a llorar profundamente. William me dijo que podía desahogarme con él, así que le conté con detalle todo lo que me estaba pasando.
Cuando terminé mi relato, él se quedó en silencio como procesando todo lo que le había dicho. Luego, rompió el silencio diciendo “¿Y el sexo?”
Me sorprendió esa repuesta y solo dije “¿Perdón? ¿A qué te refieres?
El hombre disminuyó la velocidad y se detuvo justo al costado de la carretera. Giro su cabeza y miró al asiento trasero donde estaba yo.
Todo lo que te falta es una buena follada.
Follando con el taxista en el asiento trasero
Yo no podía creer lo que estaba escuchando, este hombre se estaba propasando. No respondí nada y me mostré escéptica cuando lo vi bajarse del auto y dirigirse hasta a mí al asiento trasero.
Entró al auto y me empujó logrando que quedara recostada en el asiento por completo. Ese día llevaba una mini falda rosa, por lo que fue fácil quitarme las pantis y dejar mi coño expuesto.
Estaba tan vulnerable que apenas tuve ánimos para protestar.
Veamos qué hay aquí, ummm un coño rosado y depilado. Dijo con su voz varonil. Enseguida me excité porque me gustan los hombres que van directamente al grano. Me dediqué a disfrutarlo, estábamos en medio de la nada, así que no había nadie que pudiera interrumpir.
William desabrochó sus pantalones y bajo la cremallera para exponer su enorme pene erecto. Después, dio un paso hacia atrás para deleitarse con el panorama que tenía dentro de su auto. Me miró el coño mientras con una mano frotaba su pene hacia arriba y hacia abajo.
Nuevamente, se acercó a mí y con fuerza me arrancó la blusa y el sostén, por lo que me podía ver completamente desnuda.
Se subió encima de mí y con sus tácticas seductoras mordió mis pezones y los chupaba. En un momento se aproximó a mi rostro y me besó apasionadamente mientras que usaba sus dedos para frotarme el clítoris. En mi mente no podía creer lo que pasaba ¡Estaba follando con el taxista!
El taxista me folló y me sentí mejor
Continué follando con el taxista. Él metió su cabeza en medio de mis piernas y suavemente comenzó a lamer mi coño húmedo. Empleó sus manos para separar mis labios carnosos de mis labios internos, así expuso también mi vagina para poder introducir su lengua dentro de ella.
Estaba sintiéndome realmente genial, follando con el taxista, había olvidado mis problemas.
Me dejé llevar por el placer y amarré su cabeza con mis piernas para empujarlo con más fuerza sobre mi coño. Mi cuerpo lo estaba pidiendo dentro de mí. Hace mucho que no había follado con ningún hombre.
Él se echó un poco hacia atrás para tomar una mejor posición y poder deslizar su pene dentro de mi vagina. Yo alcé las piernas por el aire y las usaba para empujar su trasero y que su pene entrara más profundo.
Grité cada vez que me penetraba, su pene era el más grande que me había follado. Él continuó penetrando con fuerza hasta que cambiamos de posición y quedé montada encima de él con su polla dentro de mi vagina.
William me sostuvo por la cintura con sus manos y me ayudaba a moverme hacia arriba y hacia abajo, Ambos gritábamos y gemíamos con mucho placer.
Me tumbé sobre él y puse mis pezones en su boca para que los chupara. En esta posición pudo tocar mi punto G con su pene y alcancé el orgasmo en unos minutos. Al mismo tiempo, sentí que su respiración se aceleraba y supe que él se correría también.
Desde aquel momento que estuve follando con el taxista, no tuve que seguir gastando dinero en mis viajes, para él era suficiente que le pagara con mucho sexo.